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1.1 UNA DEFINICIÓN DE LA PREDICACIÓN
Para poder entender los talleres de exposición bíblica, debemos empezar con la definición de la predicación.[1] La predicación es un término un tanto escurridizo en la Biblia, dadas las amplias variaciones de contenido, forma, audiencia, e intención de cada contexto específico. En el sentido más general, el predicar es “el proclamar, anunciar y declarar una palabra de Dios; presentar públicamente las buenas noticias, o entregar un discurso religioso relacionado, directa o indirectamente, con un texto de las Escrituras.”[2]

John Stott llega a una organización conceptual un poco diferente por medio del estudio de algunas palabras.[3] Él explica resumidamente los otros roles y características singulares de la predicación de acuerdo con las descripciones de la predicación en varios roles.

Heraldo (κηρύσσω, verbo) se refiere a hacer un anuncio públicamente. Encontramos esto en Marcos 1:14, 1 Corintios 1:23, Hechos 10:42. Es utilizado aproximadamente 60 veces en el Nuevo Testamento. El heraldo es ordenado con la responsabilidad solemne, y al mismo tiempo emocionante, de proclamar las buenas noticias de Dios. El contenido del heraldo es Cristo crucificado y, como resultado de su proclamación, puede esperar un resultado. El verbo en sí mismo es utilizado en un contexto público. 

Administrador (οἰκονομέω, verbo), sin duda alguna, en parte se refiere al rol del predicador como un administrador de los asuntos de casa. Este rol también hace referencia al incentivo y el contenido de su mensaje. Como administrador de los misterios de Dios (1 Cor 4:1), es motivado por la confianza puesta en él, que es, la responsabilidad dada a por Dios de cuidar la casa de Dios. El contenido de su mensaje viene de Dios en forma de las Escrituras. Como administrador, debe dirigir la casa, pero no provee de los bienes para la casa. En cambio, él debe usar el amplio abanico de bienes que le han sido confiados a. En otras palabras, el predicador debe usar habilidosamente la plenitud de la Palabra dada. 

Testimonio (παράκλητος, nombre), tomado del sentido legal. Se refiere a uno que tiene una relación especial con la divinidad y que es llamado a testificar de su parte. El resumen de Stott concluye con que “el testimonio cristiano viene del Padre al Hijo ante el mundo por medio del Espíritu Santo y la Iglesia.”[4] En otras palabras, el Padre es el testigo principal (mandando al Hijo y al Espíritu), el Hijo es el objeto de testimonio (del cual el Espíritu da testimonio), y el Espíritu Santo es llamado testigo. Él habla con palabras de vida y por medio de hombres en las Escrituras. El predicador funciona cómo y con el Espíritu Santo. “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio” (Juan 15:26-27).

Padre (πατήρ, nombre) se refiere al amor y gentileza del predicador ya que “la predicación involucra una relación personal entre el predicador y la congregación.”[5] El rol del predicador como padre debe ser entendido solamente de dos maneras. Uno, la palabra padre puede referirse sobre alguien que ha sido el medio de la conversión de otra persona. Es utilizado en este sentido en 1 Cor. 4:14-21. La palabra también puede ser utilizada en el sentido de guía (como da a entender 1 Cor. 4). Aunque a veces puede tener el rol de disciplinario (como la palabra guía da a entender contextualmente), él desea servir como ejemplo de un padre gentil, comprensivo y serio. La palabra nunca debe ser entendida como indicativa de un rol autoritativo o intermediario ya que estos pertenecen apropiadamente a la divinidad en el contexto espiritual.

Siervo (διάκονος, nombre) se refiere al doble rol que consta del servicio a otros y servicio recibido por mandato de otro. De esta manera, se distingue a sí misma de otras palabras (e.g., οἱκέτης, δοῦλος, ὑπερετες) que se usan, sin duda alguna, para describir los obreros del ministerio. Y aunque se refiere indudablemente al oficio propio en la iglesia, también es utilizado para describir un elemento del rol del predicador. La palabra es utilizada en 1 Cor 3:5 para describir a Pablo y Apolos como “Servidores por medio de los cuales habéis creído” no en quién o por quién. La palabra siervo también es utilizada en conjunto con administrador en 1 Cor 4:1 para describir a Pablo y su ministerio.

Así que, la predicación es la aplicación, proclamación y enseñanza pública y ardiente de un texto bíblico en el poder del Espíritu Santo. Dado que el mensaje del predicador depende del significado original, el mensaje es autoritativo y vinculante, es la Palabra de Dios. Su carácter y actividad debe reflejar la de un heraldo, siervo, testigo, padre y siervo.

1.2 EL OBJETIVO DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
El término predicación expositiva es conocido por ser difícil de definir. A medida que ha obtenido popularidad, particularmente en el mundo anglosajón, han surgido muchas variaciones. Con el objetivo de introducir el trabajo del Simeon Trust, podemos comenzar con una definición básica. La predicación expositiva es el tipo de predicación donde el punto del pasaje es el punto del sermón.[6] Esto es, el contenido, forma, y énfasis del mensaje son representativos y determinados por el contenido, forma y énfasis del texto bíblico. Es la proclamación de la Palabra de Dios que es explicada en su contexto y aplicada a la cultura. Es la labor del mensajero de Dios anunciar la Palabra de Dios al hombre, por medio de explicar eficazmente y aplicar persuasivamente el pasaje específico de la Escritura, de una manera clara y convincente. Es decir, ofrece una explicación y aplicación empoderada por el Espíritu Santo sobre un texto bíblico en particular de una manera que exalta a Jesucristo.

El objetivo de la predicación expositiva es, entonces, llevar el mensaje recibido de tal manera que sea fiel al dador del mensaje (ambos Dios y el autor humano), para que la voz de Cristo sea escuchada por la audiencia, demandando su atención y adhesión. La predicación expositiva traerá gloria a Dios, primero, al

efectuar la santificación de los oyentes a salvación y, segundo, al conformar sus vidas a la voluntad de Dios al llamar a los oyentes a reconocer y obedecer la Palabra de Dios. La predicación fiel surtirá una respuesta en las vidas de los oyentes para la gloria de Dios. Traerá convicción de pecado, arrepentimiento y obediencia de fe por medio de Jesucristo.

En otras palabras, el objetivo de la predicación es triple. Primero, la predicación glorificará a Dios exaltando a la persona y obra de Jesucristo a medida que es revelado en las Escrituras en el Antiguo y Nuevo Testamento. Segundo, la predicación llamará a los perdidos a la salvación por medio de la fe en Jesucristo. Tercero, la predicación traerá a la iglesia de Jesucristo a la completa madurez en él por medio de equipar, enseñar, reprobar, corregir y formar a los miembros individuales.

1.3 FUNDAMENTOS BÍBLICOS PARA LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
La importancia eclesiástica de la predicación expositiva proviene tanto de, la rica tradición bíblica de exposición por medio del ejemplo como  de la inducción bíblica. Una buena parte de las Escrituras es material predicado y podemos aprender mucho de cómo los predicadores de la Palabra manejaban la Palabra de Dios, explicando la intención y el significado puro. Moisés, Nehemías, Isaías, Pablo, Pedro y Jesús lo hicieron. Ellos recibieron la Palabra como fue entregada por Dios y aplicada a las personas.

Deuteronomio
La mayor parte del libro de Deuteronomio está compuesto por tres sermones en los capítulos 1-4, 5-26 y 27-30. El libro comienza explicando la historia del pueblo de Dios. En Deuteronomio 1:15 leemos “De este lado del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo.” Y él procede a predicar durante cuatro capítulos sobre la fidelidad de Dios durante su viaje. El capítulo 5 comienza con “Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprenderlos, y guardadlos, para ponerlos por obra.”[7] Él procede a predicar hasta el capítulo 26 sobre la Ley de Dios, no una nueva ley, sino la ley de Éxodo, comenzando con la explicación de los diez mandamientos. Él toma la ley tal y como Dios se la entrega en Sinaí y la predica al pueblo como Palabra de Dios con una explicación. El capítulo 27 comienza de la misma manera con “Ordenó Moisés, con los ancianos de Israel, al pueblo, diciendo: Guardaréis todos los mandamientos que yo os prescribo hoy.”[8] Una vez más, Moisés predica un sermón expositivo exhortando al pueblo a obedecer los mandamientos de Dios y explicándoles la maldición que vendrá sobre ellos si desobedecen. Lo que es más importante, Josué usa esta misma tradición de Moisés y continúa predicando la Ley tal y como fue dada.[9]

Nehemías 8
Poco después de terminar la reconstrucción de las murallas en Jerusalén después de muchos años en exilio, de acuerdo con Nehemías, algo importante sucede entre el pueblo de Dios. Llevaban trabajando durante cincuenta y dos días y, cuando habían terminado, se reunieron como un solo hombre en la plaza y le dijeron a Esdras, el escriba, que trajese el libro de la Ley de Moisés (usando la misma tradición de Moisés en Deuteronomio). No solo tenían hambre por la Palabra, pero, además, le hicieron leerla desde muy temprano hasta mediodía. Estuvieron muy atentos y estuvieron de pie por respeto y reverencia a la Palabra. Estaban en sumisión a ella. Su devoción en ese momento era incomparable, “Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra.”[10] Levantaron sus manos, inclinaron sus cabezas, se postraron en adoración al Señor como resultado de escuchar esta Palabra. La explicación de la Palabra fue el culto de adoración. “Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura.”[11] Literalmente se sentaron y escucharon sermones expositivos. Los capítulos 9-12 de Nehemías dan un bosquejo de los sermones expositivos que fueron predicados (incluso con referencias del Libro de 1 Crónicas en Nehemías 12:23).[12] 

Salmo 78
El Salmo 78 es un cántico expositivo sobre el Pentateuco en la tradición de Moisés y Josué. El salmista trata con la historia del Pueblo de Dios desde Jacob hasta el éxodo (con una referencia rápida de la ascensión de David al trono en Jerusalén), pero incluyendo referencias específicas a la Ley del versículo 10 en adelante. Él entrelaza la historia de Israel junto con aplicaciones muy prácticas para los oyentes.

Isaías 6:8-13
Los primeros cinco capítulos de Isaías forman una unidad introductoria en la cual Isaías describe la situación a la cual ha sido llamado. Los primeros versículos del capítulo 6 describen el testimonio de un pecador que ha sido limpiado—Isaías es preparado por Dios para el ministerio. Es en el siguiente momento, dentro del contexto del llamado de Isaías, que el método expositivo es más evidente. Dios da un mensaje a Isaías que debe transmitir al pueblo, un mensaje familiar, después de que Isaías acepta el llamado en el versículo 8. Los versículos 9-10 forman un quiasma—corazón, oídos, ojos, ojos, oídos, corazón. El pueblo de Israel falla en entender su falta de oído y ojos. En los versículos 11-13, Isaías recuerda a Israel de la devastación de las ciudades y casas y de la tierra que viene con el exilio. En este caso, es la tradición de la deportación que pasa de los Asirios a los Babilonios. Aun así, en medio de este exilio, habrá un tronco. La simiente santa es el tronco. La familiaridad del mensaje surge de conexiones con Deuteronomio 29. La directriz quiasma de Isaías para prevenir el escuchar y ver aparece en Deuteronomio 29:4 como una frase predictiva, “Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.” En el lugar donde Isaías habla del exilio asirio y babilónico, Moisés habla del Éxodo y la devastación en el desierto. En el lugar donde Isaías concluye con la promesa de la santa simiente (Isaías elaborará más al respecto tres capítulos más adelante), Moisés vuelve a su sentir repetidamente que los israelitas deben guardar su pacto con Dios, ya que el fin de su viaje es la tierra prometida. El primer mensaje de Isaías es una variación, una exposición y una aplicación contemporánea, del mensaje renovador de Moisés en Moab.

Mateo 5:1-4
El sermón del monte es, probablemente, la exposición más extensa de un texto del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento. Jesús, de una manera muy acertada, demuestra la predicación del texto fielmente. En este momento de su ministerio, Jesús se había ido del desierto y de la tentación de Satanás para volver a Galilea. Mateo 4:12 indica que se había ido de Nazaret en este viaje a través de Galilea. Leyendo la cronología correspondiente en Lucas 4, podemos entender mejor su parada en Nazaret. En Nazaret, Jesús predica de Isaías 61 (citando los versículos 18 y 19). Entonces, cuando se va de Nazaret por Galilea, el contenido de sus estudios puede ser evidente. Y no debe sorprendernos que las primeras dos bienaventuranzas vienen directamente de Isaías 61. Un estudio superficial de Isaías nos revela también que el consuelo y el lamento son temas principales de Isaías. Salmo 37 tiene muchos más pasajes de la ley que también aparecen a medida que Jesús continúa Su predicación en el monte.

Romanos 10:5-15
Romanos 10 es innovador por el hecho que Pablo no solo predica a Moisés y Deuteronomio, sino que también lo hace con el objetivo de animar en la predicación de la Palabra para la salvación de muchos. Él empieza en el versículo 5 con un entendimiento de Moisés que concuerda con la justicia-obras, citando Levítico 18:4. Sin embargo, Pablo ya había establecido que la debilidad de la ley de las obras era la debilidad de los humanos que no pueden cumplir la ley (lee Rom 8:3). Así que, entonces, ilumina Deuteronomio 30:11-14 en los versículos 6-9. Aunque sólo alude a Deuteronomio 12-13 y solo cita el versículo 14, el versículo 11 es instrumental para el entendimiento de este contexto. La Palabra es entendible y ya fácilmente accesible y disponible. Emparejado con las citas de Isaías 28:16 y Joel 2:32, Pablo nos demuestra que la Palabra puede salvar. Y es esta Palabra la que inspira al predicador a predicar. Cuando la palabra de Dios es predicada la voz de Dios es oída. Porque si no ¿cómo podrá cualquier persona escuchar y ser salva?

[1] Las secciones 1 y 3 del manual (tratan con los fundamentos bíblicos y teológicos de la filosofía del taller) están en el marco del pastor predicando a la iglesia. Ya que damos la bienvenida a personas que no son pastores periódicamente y tenemos talleres para mujeres que enseñan la Biblia a mujeres, esperamos que los lectores puedan adaptar su lenguaje y conceptos a estos contextos.
[2] Fred B. Craddock, “Preaching,” in the Anchor Yale Bible Dictionary (ed., D.N. Freedman; New York: Doubleday, 1992), 5.451.
[3] John Stott, The Preacher’s Portrait (Grand Rapids: Eerdmans, 1961).
[4] Stott, Preacher’s Portrait, 69.
[5] Stott, Preacher’s Portrait, 81.
[6] David Helm define la predicación expositiva de esta manera: predicación empoderada que somete correctamente la forma y el enfasis de su sermón a la forma y enfasis del texto bíblico.”  David Helm, Expositional Preaching (Wheaton: Crossway, 2014), 13. Mark Dever la define de esta manera: “predicación cuyo punto del sermón es el punto de la Escritura.”Mark Dever, Nine Marks of a Healthy Church (3rd Edition; Wheaton: Crossway, 2000), 44. D.A Carson la define de esta manera: “…el sermón expositivo debe ser controlado por el texto o textos de la Escritura. La predicación expositiva emerge directa y demonstrablemente del pasajes o los pasajes de la Escritura.” D.A. Carson, “Accept No Substitutes,” in Christianity Today’s Leadership Journal (Summer 1996). Además, puedes leer D.A. Carson, “Challenges for the Twenty-First Century Pulpit” in Preach the Word: Essays on Expository Preaching (Ed. Leland Ryken and Todd Wilson; Wheaton: Crossway, 2007), 176-177. Mike Bullmore la define de esta manera: “Un sermón es expositivo si el contenido y la intención son contralados por el contenido y la intención de un pasaje particular de la Escritura.” Lee https://www.9marks.org/article/biblical-case-expositional-preaching/.
[7] Deut 5:1
[8] Deut 27:1
[9] Josh 8:31-35
[10] Neh 8:6
[11] Neh 8:8
[12] Specifically mentioned in that verse is 1 Chron 9:14-16.